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Ane Fernández de Arbina, una emprendedora con propósito

Nombrada por Forbes como una de las ‘agentes de cambio’, inmersa ahora en la docencia y en un proyecto de joyería artesanal, esta joven alavesa encarna una forma distinta de emprender.

Texto: Gemma Tenas Foto: Cedida

Hay personas con una sensibilidad especial para detectar dónde falta una nueva mirada y una nueva solución. Ane Fernández de Arbina Urbina es una de ellas. Esta joven alavesa, graduada en Liderazgo Emprendedor e Innovación (LEINN) en Mondragon Unibertsitatea, ha sabido abrirse paso en el ecosistema del emprendimiento con propósito. En 2024 su nombre apareció en la lista de Forbes ‘Los 24 Changemakers de 2024’ y en la de ‘Los 100 creativos de 2024’, reconocimientos que confirmaron lo que quienes la conocen intuían: que Ane está llamada a dejar huella.

Elegir los estudios no fue fácil, no obstante, las dudas sobre optar por Ingeniería Biomédica se disiparon cuando sus padres le mostraron el grado en Liderazgo Emprendedor e Innovación, un programa diseñado para personas inquietas que no encajan en moldes tradicionales. Ane lo tuvo claro: allí podría ser ella misma, poner en práctica sus ideas, emprender con sentido. Su filosofía defiende que el emprendimiento debe servir a algo más grande que generar beneficios. “No se trata de inventar necesidades para quienes ya lo tienen todo, sino de pensar cómo mejorar la vida de las personas”, explica.

Test4Safe: innovación contra la violencia

Esa base filantrópica se plasmó en Test4Safe, el proyecto que la dio a conocer y por el que Forbes se fijó en ella. Junto con un equipo de la UPV/EHU, lideró la creación de una tira reactiva capaz de detectar drogas de sumisión en bebidas. El objetivo era claro: prevenir agresiones sexuales ya que un 21,7% de las violaciones se producen bajo sumisión química y el 23,5% de las víctimas son menores de edad. Durante dos años Ane dedicó todo su tiempo a impulsarlo. Buscó financiación, convenció a inversores, habló con laboratorios y dio visibilidad al proyecto. Un trabajo incesante, a contrarreloj y agotador. Su agenda laboral se extendía de ocho de la mañana a diez de la noche. Y aunque los avances logrados fueron notables, se resintió de este ritmo frenético y tomó la decisión de parar.

Un gesto que quizás no todo el mundo entienda: ¿cómo dejar algo cuando estás en la cresta de la ola? Sin embargo, Ane reflexiona sobre el emprendimiento y la importancia de saber cuándo frenar: “No pasa nada si algo no sale bien. Lo importante es el impacto generado”. Haber sido una joven CEO en un proyecto innovador puede que inspire a muchas otras mujeres, y para ella eso ya es un éxito.

Profesora y aceleradora de ideas

De niña soñaba con ser profesora y, con las vueltas que da la vida, ha acabado haciendo aquel propósito que parecía aletargado. Es entrenadora de equipos de emprendedores en Mondragon Team Academy donde ayuda a estudiantes a dar forma a sus ideas que, como ella, buscan soluciones con impacto. Pero sus ganas de crear se han canalizado también en un proyecto personal del que se siente muy orgullosa. Se trata de Antheia HM, su marca de joyería artesanal. Desde su taller en Zuia diseña piezas únicas e irrepetibles, todas ellas realizadas en Álava, que transmiten calma y cercanía. También proximidad, porque Ane ha empezado a colaborar con una gran red de artesanas vascas, que defienden precios justos y reivindican el valor de lo local.

La figura de esta alavesa, con gran facilidad de palabra, se aleja del estereotipo del emprendedor agresivo; para Ane perfiles creativos, realistas, soñadores o pragmáticos son necesarios en el mundo del emprendimiento y ve en Euskadi un ecosistema muy fértil para hacerlo gracias a universidades y centros tecnológicos, aunque insiste en que lo fundamental es no perder de vista el propósito. Para ella, el emprendimiento ideal es aquel que contribuye a reducir desigualdades: garantizar alimentos, empleo digno y combatir injusticias cotidianas, por ejemplo. No obstante, también es consciente de la presión que sufren los jóvenes a quienes la sociedad y los tiempos en los que vivimos exige productividad constante y resultados inmediatos. De ahí la importancia del saber parar, de escucharse a uno mismo, de plantearse las cosas.

Ane Fernández de Arbina Urbina es emprendedora, profesora, mentora y creadora. Entiende que emprender no es solo montar empresas, sino iniciar proyectos que mejoren realidades. Ya sea a través de una tira que salva vidas, una clase que inspira o unas joyas que revalorizan lo local.

MODELO COLABORATIVO

La trayectoria de esta gasteiztarra la ha llevado a apostar por los modelos colaborativos como base para el desarrollo del talento. Ane cree que los proyectos más sólidos nacen de la cooperación y no de la competencia. “En una sociedad cada vez más individualista, potenciar el talento de los demás desde nuestro propio estilo de liderazgo es importante”, afirma.